domingo, 12 de octubre de 2014

Siempre por estas fechas empiezo a hacer planes como si fuera a estrenar una nueva vida. Como si esta vez sí fuera a ser capaz de organizarme, de sacar tiempo y de restaurar algo durante el invierno. Así que como la moral y la esperanza es lo último que se pierde, voy a empezar un nuevo proyecto.
 Desgraciadamente no es la locomotora, esa ya se han encargado de restaurarla otras instituciones. Es el vehículo que está delante, uno de los más humildes y populares medios de transporte que hubo en nuestro país, una MOTO GUZZI 65.
No tiene tanta historia por delante como la locomotora ELEONORE pero está tan relacionada como ella con la historia local.
Esta vez la moto no es mía, la restauraré con un amigo que es a quien pertenece. Es una moto que me encanta, pero a la que yo no le daría mucho uso. Las dos que pasaron por mis manos las regalé un tiempo después para dejar sitio a otras.
Lo que si que tengo claro es que no la vamos a dejar encerrada en una jaula como la pobre ELEONORE. Las motos se arreglan para disfrutarlas.

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